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dijous, 4 de novembre del 2010

El agua Contiene fármacos

Nuestros acuíferos están cada vez más contaminados por los fármacos que la sociedad consume de forma casi enfermiza -llegan a los ríos a través del alcantarillado- y como no los elimina ninguna depuradora los estamos ingiriendo a través del agua de los grifos y de los alimentos que se riegan con ella. De hecho cada vez más personas sufren trastornos de todo tipo y se está multiplicando el número de bacterias resistentes a los antibióticos. Ya se ha comprobado que es así en las aguas del Ebro y en dos afluentes del Llobregat pero está pasando en toda Catalunya y España. Es hora pues de preguntarse si no ha llegado el momento de decir basta al masivo e injustificado consumo de fármacos que no curan nada.  
El agua de grifo empieza a ser peligrosa porque multitud de moléculas sintéticas y la información con que se carga el agua procedente de los millones de fármacos que tiramos a la basura y/o excretamos con las heces –tanto las personas como los animales- llegan de forma cada vez más masiva a los ríos –en nuestro caso a través del alcantarillado- y están ya produciendo trastornos en nuestros sistemas orgánicos. Se trata de un problema conocido pero nunca afrontado y de ahí la importancia del trabajo que ha empezado a hacer un equipo de investigadores del Departamento de Química Ambiental del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Barcelona coordinado por Damiá Barceló cuyo fin es conocer la polución de los ríos del pais. Porque según los resultados iniciales están encontrando “de todo”. Y todo apunta a que la única solución –porque convencer a la población de que deje de tomar fármacos inútiles es una quimera mientras los médicos sigan recetándolos- parece pasar por una depuración del agua mucho más eficaz con métodos más sofisticados y modernos.
Antibióticos, analgésicos, antiinflamatorios, antipiréticos, antidepresivos, ansiolíticos, anticonceptivos, supuestos reguladores del colesterol y cientos de fármacos más igual de ineficaces van a parar a diario en cantidades desconocidas –pero sin duda enormes- a todos los ríos que reciben aguas residuales. Porque como el lector sabe nuestro organismo metaboliza parte de esas sustancias pero otra parte es excretada y por medio de las alcantarillas llega a los ríos. Y asimismo llegan a ellos cantidades equivalentes -y aún menos controladas- de los cada vez más innumerables fármacos con que hoy se envenena al ganado de consumo humano para acelerar su engorde o para prevenir –es un decir- enfermedades que pueden diezmarlos.
A pesar de que el equipo de investigadores mencionado ha efectuado ya los primeros estudios sobre el grado de polución fármaco-química -concretamente en las aguas de los ríos Anoia y Cardener (afluentes del Llobregat que abastecen de agua Barcelona) y en las del Ebro a lo largo de todo su recorrido- y los resultados confirman las peores previsiones. “La verdad es que cuando se busca -explica el prestigioso investigador catalán- se encuentra de todo. Barceló añade que una investigación de ese mismo departamento elaborada por Mira Petrovic y otros investigadores que se publicó en la revista Toxicological Chemistry constató que –transcribimos textualmente del informe- “los estrógenos (usados en píldoras anticonceptivas y para el tratamiento de desórdenes hormonales tan frecuentes como la menopausia) y los antibióticos son los compuestos que probablemente susciten más preocupación en la actualidad: los primeros por su actividad como disruptores endocrinos ([la alteración del sistema endocrino puede inducir además cáncer y trastornos reproductivos) y los segundos por la posibilidad de que se desarrollen cepas bacterianas resistentes que hagan que estos compuestos dejen de ser efectivos para el fin para el que fueron diseñados”.
Añadiremos que el estudio de los afluentes del Llobregat constató la presencia de fármacos estrogénicos y de alquilfenoles (un componente de los detergentes), ambos conocidos alteradores del sistema endocrino. “Ambos grupos de compuestos -explica Damiá Barceló- fueron identificados como responsables de la estrogenicidad observada en los peces capturados en las áreas de estudio, algunos de los cuales presentaban además de un elevado nivel de vitelogenina plasmática -proteína utilizada como indicador de la exposición a compuestos estrogénicos- òrganos reproductores masculinos y femeninos simultáneamente”.
Sin comentarios. Porque obviamente esos fármacos no afectan sólo a la fauna acuática sino también a los ciudadanos que beben el agua potabilizada que procede del Llobregat, río del que el Anoia y el Cardener son afluentes.
(si lo duda consulte la bibliografía internacional de los últimos años y comprobará que la relación entre la exposición continua a ciertos niveles de estrógenos ambientales -o xenoestrógenos- y la aparición de trastornos endocrinos está científicamente constatada)
Puede desembocar en problemas como la no aparición de testículos (criptorquídea), la falta de cierre de la uretra (hipospadia), el desarrollo mamario en hombres (ginecomastia), la pérdida de calidad y cantidad de semen en los varones y, sobre todo, diversos tipos de cáncer: mama, vagina, hígado y testículos. “No sabemos el efecto exacto de estos compuestos -explica Nicolás Olea, médico e investigador de la Universidad de Granada y uno de los mayores experto europeos en contaminación hormonal-pero sí sabemos que ocurre algo muy grave porque, entre otras cosas, está aumentando notablemente el número de casos de cáncer y hay una disminución alarmante del número de espermatozoides en los hombres”.


Contaminación farmacológica
 
Puede afirmarse que todos los fármacos tienen efectos secundarios pero los que se encuentran de forma más habitual en los ríos son…
…los antibióticos liberados en el medio ambiente “entrenan” a todo tipo de bacterias y aunque la mayoría muere en contacto con pequeñas cantidades de penicilinas o vancomicinas las que consiguen resistir son luego mucho más difíciles de combatir si entran en el cuerpo a través del aire o de un alimento en mal estado. El problema de las bacterias multirresistentes a los antibióticos es uno de los más graves a los que se va a enfrentar la sociedad en los próximos años.
…los anticonceptivos y demás fármacos estrogénicos son conocidos disruptores endocrinos y como tales pueden alterar nuestro sistema endocrino con consecuencias imprevisibles. Estudios con animales relacionan el mal funcionamiento del vital sistema endocrino con diversos tipos de cáncer, malformaciones en la descendencia –tanto de hombres como de mujeres- y trastornos reproductivos. La principal hipótesis actual sobre el alarmante descenso del número de espermatozoides en los varones de l
os países occidentales es que se debe a la contaminación hormonal o estrogénica que provocan no sólo los fármacos excretados sino otros muchos compuestos químicos como los alquilfenoles de ciertos jabones, el bisfenol -plástico de uso común- y los hidrocarburos aromáticos policíclicos de la gasolina.
…los antidepresivos, analgésicos, reguladores del colesterol y compuestos psiquiátricos –entre otros muchos fármacos-, buena parte de los cuales tienen efectos aún no bien conocidos sobre la salud.


Para ver algunos resultados del estudio de Damià Barceló podeis visitar el siguiente enlace: fármacos en el Ebro

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