El shiatsu, fiel a su origen, recomienda que es mejor prevenir que curar. Una sesión semanal ayuda a no enfermar.

¿Qué es el Shiatsu?


Shiatsu es una terapia originaria de Japón de tratamiento y prevención de gran cantidad de dolencias del ser humano.
Comprende toda una serie de movilizaciones, estiramientos, presiones y ejercicios que, mediante los cuales, n
os puede ayudar a potenciar la capacitad natural de autocuración de nuestro organismo, y mejorar sus funciones fisiológicas.

El Shiatsu no precisa de herramientas y se realiza normalmente sobre la ropa. Esto lo convierte en una terapia práctica, cómoda y respetuosa y no por ello deja de resultar muy placentera.
Podemos visitarnos con un shiatsu-terapeuta si estamos enfermos, sufrimos  dolor crónico o si, simplemente, queremos relajarnos profundamente, librarnos del estrés y reforzar nuestra salud.

Una sesión semanal ayuda a no enfermar. Al carecer de efectos secundarios, puede resultar especialmente útil para aquellos pacientes que cursen con alguna dolencia de carácter crónico, no puedan ser tratados con medicamentos o aquellos que prefieran una alternativa natural.

Un dolor de cabeza no es sólo un foco de dolor en una zona concreta del cuerpo. De acuerdo con la concepción oriental de la medicina, todo está conectado y el mismo dolor no debe ser tratado de igual manera en cualquier persona. Depende de todo el entorno de quien lo padece: su estilo de alimentación, su estado de ánimo, sus relaciones sociales, costumbres etc. Por ello, el terapeuta de shiatsu busca el origen de la dolencia al la vez que trata de bloquear los síntomas superficiales del paciente.

El Shiatsu fomenta la Salud tal y como la describe la Organización Mundial de la Salud en su Constitución, "la salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedades".

Así, esta terapia está indicada para:
-Aliviar tensiones musculares y de otros tejidos.
-Fomentar la recuperación después de practicar ejercicio físico.
-Mejorar lesiones deportivas.
-Facilitar una mejor postura.
-Normalizar, siempre que sea posible, los estados fisiológicos adversos.
-Prevenir enfermedades.
-Tratar dolencias como la fibromialgia y el síndrome del cansancio crónico.
-Mejora el insomnio así como el bruxismo.
-Tratar contracturas y prevenir su aparición.

Hèctor Martínez Campos
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