“El hombre se alimenta de lo que digiere y no de lo que come” (Manuel Lezaeta)
Trofología: La trofología es la ciencia que nos enseña a cultivar o restablecer la salud mediante una alimentación adecuada a las necesidades de nuestro cuerpo. Saber alimentarse es condición indispensable para conservar y también para recuperar la salud.
En efecto, como higiene, la alimentación natural es medio seguro para evitar enfermar, porque, dependiendo todas las funciones orgánicas de la calidad de la sangre y siendo ésta producto de la nutrición general y especialmente de la digestión, los alimentos adecuados producen sangre pura con tejidos y órganos sanos, al paso que la alimentación inadecuada impurifica la sangre y altera las funciones orgánicas.
Nuestro cuerpo es de la calidad de los alimentos que lo forman y mantienen. Así, una sangre nutrida por frutas crudas será fluida, vitalizada y alcalina (PH 7.2-7.4), exenta de materias ácidas tóxicas, pues aun las frutas más ácidas tienen reacción alcalina en la sangre (al mismo tiempo un estado de alcalosis sanguíneo es igual de nocivo que la acidosis pero las frutas nos ayudan a mantener el PH dentro de los parámetros saludables). Son los ácidos provenientes de las fermentaciones pútridas del intestino los que acidifican la sangre, irritan, inflaman y congestionan los tejidos y órganos de nuestro cuerpo, produciendo los trastornos catalogados con los diversos nombres con que se clasifican los síntomas o manifestaciones diversas de la mayor enfermedad que existe: impurificación de la sangre por mala nutrición y deficientes eliminaciones.
La digestión normal se manifiesta por buena elaboración, con excrementos abundantes, inodoros, cilíndricos y de color bronceado; además, el intestino se desocupa a lo menos, mañana y tarde. Una sola evacuación en el día es insuficiente, porque demuestra que los residuos de la digestión y también la bilis han sido retenidos más de veinte horas en el cuerpo, con lo que se impurifica la sangre. Lo normal es desocupar completamente el vientre cada ocho horas.
COMBINACIÓN DE LOS ALIMENTOS
LO QUE VA BIEN
- Frutas desecadas y miel: Con frutas frescas dulces
- Leche, queso y huevos: Con frutas ácidas y vinagre.
- Cereales, trigo, maíz, arroz, avena, etc.: Con verduras, raíces u oleaginosas
- Feculentos o tubérculos farináceos: Con verduras y zumo de uvas
- Legumbres: Con verduras y mantequillas
- Pan, queso, yemas de huevo y nata: Con frutas frescas como la manzana o el tomate bien maduro
- Verduras, raíces y tomates: Con aceites, frutas óleas y huevos
- Frutas dulces: Con yema de huevo y pan (sin mezclas de cereales)
- Aceites y frutas oleaginosas: Con tomates, calabazas, berenjenas y ensaladas, verduras y frutas neutras.
- Aceites, verduras y raíces (no farináceas): Con huevos, patatas, cereales o legumbres secas
- Plátanos y frutas farináceas: Con oleaginosas, huevo (yema) y frutas dulces
- Hortalizas (lechugas, apio, achicoria, etc): Con cereales o patatas...
- Ensaladas de hojas, tallos o raíces: Con aceite, cereales o patatas
- Nueces y aceitunas: Con cereales, hortalizas y verduras
- Queso, mejor fresco que seco: Con frutas neutras, vinagre de sidra y frutas ácidas.
- Arvejas, frijoles, lentejas, garbanzos, etc: Con hortalizas y verduras.
- Cereales (trigo, maíz, arroz, avena, etc): Con frutas secas dulces y manzanas jugosas.
- Huevos, mejor cocidos pero con la yema cruda: Con toda clase de vegetales y hortalizas.
- Pan, mejor integral: Con frutas dulces, hortalizas, miel, aceite y tomate bien maduro
LO QUE VA MAL
- Huevos, leche o queso : Con miel, frutas frescas o secas
- Cereales y legumbres: Con castañas o plátanos, otro tipo de legumbres, productos animales...
- Cereales, trigo, maíz, arroz, avena, etc.: Con patatas, fideos, masas, productos animales, frutas ácidas y vinagres.
- Cereales y feculentos: Con frutas ácidas y productos animales
- Frutas y semillas oleaginosas y aceites: Con frutas dulces, miel (salvo cruda en poca cantidad) y azúcares
- Crustáceos, carnes, peces y aves: Con frutas frescas y dulces (salvo excepciones), farináceas y leguminosas
- Vinos y sal: Con sandía o leche (el alcohol ralentiza la digestión y la sal inorgánica se desaconseja, no por la digestión, sino por sus efectos arteriosclerósicos y degradantes del organismo en general)
- Limón, otras frutas ácidas y vinagres: Con castañas, plátanos, cereales, feculentos y legumbres
- Leche, queso y huevos: Con frutas jugosas, legumbres, farináceas y proteínas fuertes como los carnicos
- Huevos: Con queso o leche
- Frutas: Con hortalizas (excepto algunas excepciones)
- Miel o azúcar: Con hortalizas
- Aceitunas o nueces: Con miel, azúcar o frutas dulces
Para evitar los inconvenientes de las malas combinaciones, la mejor regla será simplificar cada conida a uno o dos productos, variando éstos en las distintas comidas del día o mejor cada día, para proporcionar al organismo los variados materiales que necesita y que son azúcares, albúminas (poca para los adultos), hidratos de carbono y sales minerales.
La cantidad es también otro factor que interviene en la digestión. Jamás de debe comer sin hambre y toda comida debe terminarse dejando algún deseo por satisfacer pues nos alimentamos de lo que el cuerpo asimila y no de lo que introducimos en exceso.
También es importante la tranquilidad nerviosa y, para obtenerla, debemos evitar disgustos y preocupaciones, antes, durante e inmediatamente después de las comidas.
Fuente: La Medicina Natural al Alcance de Todos (Dr. Manuel Lezaeta Acharán) (Prof. Marc Ams)
Las reglas de Compatibilidad simplificadas (Prof. Marc Ams)
“Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento” (Hipócrates)
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